El primer mandamiento

Recordaréis que hace unas semanas os informé de la constitución de una nueva religión: aquella que decía que Dios es Wi-Fi. Como sabéis, toda religión que se precie debe tener unos preceptos a seguir. Pues bien, ya tenemos el primero.

Y qué mejor manera de ilustrar este primero mandamiento que hacerlo al lado del que resume al resto (imagino que vendrán más). Observaréis que a nivel de diseño la cosa está cuidada: la A de Sano simula una antena pero colocada al revés, creando sinergias (esta expresión gusta mucho en marketing) con la antena del logotipo de esta nueva religión.

Sobre la temática de este primer mandamiento, que cada uno saque sus propias conclusiones en base a su propia experiencia... religiosa, claro.

Viaje por el túnel del tiempo. Próxima parada: 1980.

Fiesta del 30 aniversario de Studio 54

Mi primer concierto en Studio 54: ABC (jueves, 10 de febrero de 1983 y nevando en Barcelona)

¿Qué se puede decir de una fiesta de aniversario (30 años!!) de una discoteca en la que viviste tus primeros años mozos? Pues que meterse en el túnel del tiempo durante unas horas es una experiencia absolutamente recomendable.

Y allí me planté en pleno 1980, en plan flashback, año en que se inauguró la mítica Studio 54, la discoteca más increíble de los años 80. Una discoteca que era mucho más que una discoteca: era un punto de reunión de gente que quería vivir cosas nuevas y diferentes. Pensad por un momento en una Barcelona postfranquista, con poca vida y poco ocio y que de pronto se ve poblada por new romantics, new waves, siniestros, con pelos de colores, raya en los ojos para los chicos, camisas de chorreras, pantalones de montar a caballo, zapatos de suela ultraplana comprados en zapaterías de abuelos, botines de ante,... eso era Studio 54. Y música, sobre todo, mucha música.

La fiesta se celebró en una discoteca del Pueblo español el pasado viernes, que durante unas horas se vistió de Studio 54. Vinieron con unas cuantas canas de más (y quilitos también) los antiguos moradores de Studio y disfrutamos como nunca con Spandau Ballet, Talking heads, el funky de aquella época,... Por cierto, hizo acto de presencia el mítico Vicente, estrella indiscutible de la barra del 54, y en los platos, tuvimos a Raúl Orellana, gurú musical de aquella época.

¿Qué más puedo decir? Tal vez que como en toda celebración siempre encuentras a faltar a alguien. Y ese alguien es este caso era el local donde estaba el 54, el antiguo Teatro Español, en pleno Paralelo. No estuvo presente en cuerpo pero su espíritu siempre vivirá entre los que tuvimos la suerte de bailar en su pista hasta la extenuación, de camuflarnos en las catacumbas del último piso o, simplemente, de vivir algo irrepetible.

*cliente de Studio 54 de 1980 a 1984 y asiduo de sus conciertos

Fiesta del 30 aniversario Studio 54 (¿adivináis grupo y canción?)

Ian no pasó por allí... ¿o sí?

The Quentin BCN Connection

Me pregunto qué pensaría el gran Quentin Tarantino si viera tal usurpación de derechos de autor. Seguro que montaba un sarao que ríete tú de Reservoir dogs, Kill Bill y Malditos bastardos.

No apto para minimalistas y de disseny

Pocas palabras se necesitan para describir a este templo de la gastronomía. Un local de toda la vida, escondido en una callejuela y cerca de la Basílica de la Mercè. Ya lo dicen ellos en la pizarra del menú, sin temor a la réplica: riquísimo. Si no hace falta decir nada más. ¿Y las raciones?Pues generosas y contundentes.

Guardad bien el secreto, que no se enteren los visitantes de otros lares de la existencia del Bidasoa.