Salvando las distancias, por un momento pensé que estaba en el antiguo Zeleste de carrer Plateria, allí donde la distancia entre la banda y el público era mínima, allí donde pegabas un pequeño salto al escenario, te colabas directamente en el camerino y saludabas a las estrellas. Eran otros tiempos, ni mejores ni peores, pero más accesibles a todo y a todos.
Ayer la marca de ropa Nudie Jeans (de la cual soy ferviente admirador) en su store de Gràcia tuvo una iniciativa genial. Montó un concierto con el grupo de Brooklyn, The Pains of Being Pure at Heart. No es la primera vez que organizan un evento de este estilo, pero esta vez la banda tenía renombre internacional. Que una marca se preocupe por organizar eventos privados para sus clientes es de agradecer y, a su vez, una manera inteligente de fidelizar clientes.
Ah! Y por cierto, el concierto en sí fue ¡co-jo-nu-do!