jueves, 25 de septiembre de 2008

Una sorpresa centenaria





Hay ocasiones que pasas por delante de un edificio y no lo valoras suficientemente. Además, por regla general, ves un montón de turistas entrar y salir y te da cierto reparo. Pero un día sientes la llamada y entras. Es entonces cuando te das cuenta de tu error. Y piensas, no sin cierta rabia, cuántos turistas despistados habrán descubierto la belleza de esa edificación antes que tú. Nunca es tarde para enmendar una equivocación. Aquí mi pequeño homenaje al Arxiu Històric de Barcelona. Tal vez sea su proximidad con la Catedral que empequeñece su belleza. Tal vez. En cualquier caso, una palmera centenaria preside este edificio, un delicioso patio te da la bienvenida en la entrada y una parte superior en la que casi puedes tocar la Catedral con las manos. Una pequeña lección: no dejemos que la ignorancia o los prejuicios nos dejen ciegos. La belleza no abunda.