domingo, 30 de noviembre de 2008

La cruzada continúa más allá de la Barcelona central





Las vírgenes y los santos no sólo emergen en los barrios de moral inquieta y traviesa. Hemos podido comprobar que también están presentes en un barrio tan pulcro como Sarrià. Allí es probable que respiren más tranquilos y tengan menos trabajo a la hora de redimir almas callejeras.

Sarrià es más tranquilo, más comedido y más cauto a la hora de hacer públicos sus pecados en comparación con esas hordas de incontrolados que pululan por el centro de la ciudad. Es lo que tiene la burguesía de toda la vida. "Els draps bruts es renten a casa", que diriamos en català.

sábado, 15 de noviembre de 2008

No sólo de pecado vive la ciudad.











No sólo encontramos en las fachadas de los edificios (como en la anterior entrada) símbolos que nos inducen a una vida libidinosa. En las calles de Barcelona también es posible descubrir la virtud, la castidad y la moralidad. Pequeñas estatuas que dan ejemplo de una vida recogida y austera podemos ver en el Borne, el Gòtic y las Ramblas.

Vírgenes, santos y patrones que vigilan la rectitud de nuestras acciones. Aunque con los tiempos que corren, que las normas de urbanidad están de capa caída y los lugares hoy "turísticos low cost" donde están ubicados, lo cierto es que los pobres deben estar bastante aterrorizados. Igual hasta piensan que están viendo una versión revisada de Sodoma y Gomorra.

En fin, que cada uno elija la senda de su camino según sus gustos.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Mismo perro, distinto collar.





Hace unos cuantos años, en ciertas calles de la ciudad, la reproducción escultórica de la cabeza de una mujer, colocada en un punto estratégico de la fachada, significaba la existencia de un prostíbulo en dicha calle. Como buena muestra, una cabeza en la calle Mirallers, esquina con Vigatans. Una calle popular del barrio del Born donde nació Pi i Margall y tuvo casa el bandolero Joan de Serrallonga. Se trataba, en definitiva, de una manera discreta de ofrecer los servicios del oficio más antiguo del mundo. Nada que ver con la llamativa oferta que hoy podemos encontrar en la prensa o en internet.

Aquella era una forma, a la vieja usanza, de atraer clientes. Todo lo contrario de lo que quisieran los vecinos de una finca ubicada en la Avda. Diagonal, casi esquina con Passeig de Sant Joan.

Aunque los métodos utilizados tienen un cierto parecido.