Eels y The Jayhawks. Sábado y lunes. Teatre Grec y Sala Apolo. Y en resumen, qué grandes bandas y qué grandes conciertos. Los Eels de Mark Oliver Everett estuvieron impecables en un emplazamiento que hacía justicia a la belleza de su música. Y los de Minneapolis, rockeros fieles a su estilo.
En el anecdotario: cuando Everett durante el concierto saltó del escenario a las gradas del teatro para subir unas cuantas escaleras y ser abrazo por la multitud y Gary Louris, cantante y guitarra de The Jayhawks, que se saltó a la torera la orden de finalizar el concierto con la que supuestamente debería haber sido la última canción del bis. Él siguió tocando como si nada. La cara del bajista era un poema justificando su actitud frente a un responsable de la sala ubicado entre bambalinas con los ojos abiertos como platos y no dando crédito a la energía de Gary después de casi dos horas de rock and roll y country.
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