Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Y en eso todos los directores de arte de las agencias de publicidad están de acuerdo. Aunque los copys discrepemos cada día de esa afirmación.
Los elementos gráficos que aquí aparecen no son claramente publicidad pero sí un ejemplo de la fuerza de las palabras. En primer lugar, un cartel seguramente de no hace tanto tiempo indicando el vestuario adecuado para las mujeres. Y el segundo ejemplar, es de aquello que remueve las tripas y hace daño a los ojos. Realmente los propietarios de esta tienda de la calle Joaquim Costa lo han intentado, por aquello de la integración, de que estamos en Catalunya, pero ese "Comprem. Vendem. Cambiem." duele y mucho.
En fin, en ambos casos, el poder de las palabras nos deja sin palabras.
1 comentario:
Sí, la verdad es que, al menos al primero, y sobre todo si es primavera o verano, se te quitan las ganas de entrar...
Con lo bonito que es gozar de un buen escote primerizo, esos días postinvernales en que ya te has olvidado cómo eran.
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