sábado, 13 de diciembre de 2008

Y la cirugía estética mató su espíritu.




Retomando el hilo nostálgico del párrafo de la última entrada y casi a petición de dos comentaristas-tertulianos habituales de Barcelona 93, me gustaría mencionar al Café Zurich de la Plaça Catalunya. ¿Quién no había dicho alguna vez: "Quedamos en el Zurich" o "Estamos delante del Zurich"? ¿Quién no pasó más de una tarde o dos o tres o muchas en este bar? Un lugar histórico, punto de reunión de lugareños habituales, guiris despistados (por aquella época todavía no éramos pasto de los low cost), estudiantes, universitarios, modernos, postmodernos, new waves,... y otras tribus urbanas de los 80.
El Café Zurich es un buen ejemplo de cómo se puede matar el espíritu de un local, su alma, su esencia. Incrustarlo en el mastodóntico Triangle fue su muerte. Resucitó úbicado en el mismo lugar y con el mismo nombre, pero la cirugía estética lo cambió por completo.
Y los dos comentaristas-tertulianos hacen mención del Bar Velódromo que parece ser ha sido adquirido por una conocida marca de cervezas de Barcelona. ¿Qué queréis que os diga? Imagino que más de lo mismo cuando sea remodelado: mucha cirugía y poca alma.
Las fotografías que ilustran esta entrada fueron realizadas en su día por Lluís González Roig y son reflejo exacto de lo que era el Zurich. Míra bien estas fotos porque en ellas su alma todavía se puede tocar.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Nada que ver con la actualidad, sniffff...Aún me acuerdo cuando hicimos la primera, apoyando la cámara en la mesa porque no tenía trípode. Tenía otro sabor, m´s que nada porque Barcelona tampoco estaba tan llena de los turistas que ahora la invaden, y por tanto las conversaciones de las mesas del Zurich tenían tenores más locales y seguramente interesantes.

Yo, a veces, cuando hablo de esa Barcelona y la de ahora, utilizo la expresión "la Barcelona de cuando podías llegar al Zurich cualquier día a culaquier hora... y sentarte"

Danielillu dijo...

jamas he tomado nada en el Zurich y eso que he trabajado y estudiado en el centro desde casi siempre...

topogiggio dijo...

pues yo he de decir que, si bien han hecho un cambio radical en estética, lo que no ha variado es la refrescante simpatía de los camareros que cada vez que les preguntabas por cambio para comprar tabaco, hacían y hacen ademán de escupirte en un ojo. Éso si se tiene suerte.
Menos mal que he dejado de fumar.

Unknown dijo...

Y la crisis acbará por matar a la cirugía estética

Anónimo dijo...

Después de irnos de bares nostálgicos podríamos hacer recorrido por la super disco fashion (Charlie Max, Ribelinos) Y Balalaika!!!! con su olor a moqueta rancia. ¿alguien recuerda cómo se llamaba una que había en Muntaner /Madrazo (donde hicimos la fiesta del paso de ecuador ,voy a llorar...)?

Anónimo dijo...

Claris, si es la que yo me imagino, debía ser el no menos mítico Costa Breve o Costa Este -jamás entendí cómo se llamaba de verdad- local que tuvo unos años muy "interesantes", por llamarlo de alguna manera...

Por cierto, siendo éste un blog sobre Barcelona y en el que se ha hablado del ****** de Ruiz Zafón como cronista ciudadano, creo que hoy debería ser un día triste por la muerte repentina de uno que SI es un auténtico cronista novelero de la Barcelona que muchos de nosotros hemos vivido, Francisco Cassavella.

Ah, y alguien que le vea a diario que le diga al autor del blog que contestar a los comentarios y avivar el debate es parte del trabajo de bloguero! :0)

Anónimo dijo...

Amigo Luís,

Tal vez usted no lo crea pero hará un par de meses me crucé con el escritor tristemente fallecido. Y lo primero que me llamó la atención fue lo perjudicado físicamente que estaba el hombre para su corta edad (45 años no son nada). Ramón de España, en un cruel artículo publicado hoy mismo en El Periódico, se ha encargado de explicar con pelos y señales las causas de ese deterioro. Hombre de barras de bar y otros menesteres parece ser. Leí su novela "El triunfo" hace ya mucho tiempo, exactamente en su edición de 1990, y realmente me fascinó. Por eso, era un tipo al que admiraba y sin conocerlo personalmente, me ha dolido su pérdida.
En cuanto a la moderación de los comentarios, tiene usted razón, debo ser más participativo.

Quedo a su disposición,

Anónimo dijo...

¿Costa Breve no estaba en Bori Fontestá? Ay mi madre, que el alzheimer nos ataca. Y tampoco recuerdo cómo se llamaba una disco que había en Balmes/Laforja más o menos. Y Luís, estoy totalmente de acuerdo contigo, falta un poquito más de vidilla por parte del autor del blog. Chaumeeee, queremos marcha!!