miércoles, 20 de noviembre de 2013

Magia potagia






 Los vecinos de Sarrià se jactan orgullosos de definir su barrio como un "pequeño pueblo" dentro de Barcelona. Pasear por su parte antigua y peatonal te da una idea que esa percepción es real. Casas bajas y antiguas (exquisitamente restauradas muchas de ellas), sus plazas, el campanario, bares de toda la vida, gente que se saluda por la calle,...
Pero una de las máximas expresiones de ese pueblo llamado Sarrià está detrás de su mercado. Un lugar que o te llevan (*como fue mi caso) o pasa absolutamente desapercibido. Una minúscula calle que por arte de magia te transporta hacia un lugar recóndito y secreto. Y aunque el sitio es pequeño, pequeño, la sorpresa del descubrimiento fue mayúscula.

*Gràcies, E!