lunes, 7 de julio de 2008

La belleza es tu cabeza ON TOUR




Mi buena amiga Clara tenía razón. Esta frase guerrillera está por todas partes. El sábado pasado se cruzó en mi camino hasta tres veces. Una en el centro y dos en Gràcia. Parece que está de gira por las calles de Barcelona. Esto es como la publicidad: tú insiste y vuelve a insistir con un concepto claro para tu marca, que sea bueno o malo, al final será memorable para el consumidor. Vamos a ver hacia donde nos lleva tanta belleza. O mejor dicho, cabeza. Yo, por mi parte, aquí abandono esta gira.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, puedes hacer otra gira. Acabo de descubrir (q seguramente ya conocerás) una ruta nocturna por la Barcelona Bohemia (bares y tavernas modernitas) q organiza itineraplus. Puede ser interesante. Lo q no sé es el calibre de las bebidas (¿Cocacola light en el modernismo?) Por cierto, mis saludos al Paki

Anónimo dijo...

Sorry!!! Son tabernas MODERNISTAS, no modernitas, q de esas ya tienes conocimiento :)

Anónimo dijo...

no buelberé a hescrivir taberna con UBE.

LG dijo...

Bonito título para el blog, más que nada porque la Barcelona que tenemos ahora es directamente consecuencia del postolimpismo. Será para siempre una Barcelona 93. Y bonita idea. Nada original, cierto es, porque la crónica barcelonesa ya la han elevado a altas cotas gente que va desde Josep Pla a Lluis Permanyer en La Vanguardia (y la han hundido en la miseria las 378.050 revistas locales de tendencias), pero bonita. Una visión individualizada de la ciudad por parte de un barcelonés, siempre será original y diferente a la de sus conciudadanos. O al menos eso espero, porque como esto se convierta en un Time Out o un Metro en formato bloguero virtual le va a leer a Vd. la madre de cualquier guiri de la terraza del Glaciar, que por algo yo salí pitando de la ciudad hace cuatro años harto de tanta carga cool, trendy y de moderneces varias. No sabe el placer que supone abrir hoy cualquier revista y no conocer ya ni un sólo bar de moda ni ningún restaurante destacado mientras te tomas la cervecita tranquilamente en el bar de tu pueblo. Oiga, se siente uno aliviado, se lo huro.

Pero de todas maneras, han sido muchos años de urbanitismo barcelonauta convencido, y éste su blog me ha recordado aquellos tiempos -previos a la explosión tecnológica, quién los pillara otra vez- en que paseaba por las calles de la ciudad cámara en mano retratando momentos y lugares. Y hasta tenía los santos cojones de hacer posar a gente desconocida en mitad de la calle. Para que se hagan una idea sus lectores más jóvenes, eran tiempos en que podías llegar a media tarde a la terraza del Zurich... ¡y sentarte! Oh! ah! Sí, oigan, en serio, eso ha sido posible alguna vez en Barcelona. Porcierting... ¿recuerda que antes de que nada de esto se pusiera de moda queríamos hacer una guía fotográfica de bares con encanto de la ciudad? Éramos unos pioneros, lo que pasa es que no teníamos ni idea de que lo éramos... En fin, que por lo que veo con este blog Vd. sigue convencido, tantos años después, de que vivir en Barcelona sigue siendo un hecho a agradecer. A mí, en cambio, me tiene hasta los mismísimos. Pero por si acaso, seguiré su blog, porque tantos años de ser una gota de sangre circulando por las venas de la ciudad no se olvidan fácilmente. Y siempre queda un cariño.

Jaume Solé dijo...

Amigo Luser:

Muchas gracias por su comentario. Le veo con un cierto rencor hacia la ciudad de Barcelona. Ha cambiado es verdad, pero qué no cambia hoy en día. Algunas cosas a mejor y algunas cosas a peor. Ahora no entraré en las peor. Pero, que le vamos a hacer, esta ciudad me sigue sorprendiendo. Y mi intención no es, como bien explico en la inauguración de este blog, hacer una guía turística. Todo lo contrario. Si usted ve en alguna ocasión que me desvio del buen camino, hágamelo saber sin dudar un instante.

Anónimo dijo...

Ahí estaremos, prestos a ser su conciencia bloguera.

De todas maneras, lo mío no es rencor, es más bien hastío. O, como dicen en México, en bella palabra inexistente en el castellano español, es que Barcelona me "engenta". Joder, es que ya no hay nada para lo que no tengas que hacer cola o que puedas hacer en semi-soledad. Yo recuerdo los paseos por el Raval (antes de que fuera conocido por Raval) y lo máximo que te podías encontrar era el delincuente común ofreciendo "costo-hash" (literal), cuatro putas viejas que te llamaban "cariño", algunas entrañables tiendas de discos -puedo explicar qué es un disco, por si alguien no lo sabe o no se acuerda- y un par o tres de bares. Ahora hasta hay que bajarse de la acera para caminar y todo parece un parque temático de turismo cool, tiendas de ropa fashion y pijadismos varios y restaurantes en los que no sabes si vas a comer o mirar el tablón de anuncios. Seré poco paradigmático de mi ciudad, pero me hastía. Prefiero la Barcelona canalla de los 80, la de los travelos en el Drugstore de Paseo de Gracia, a la de los restaurantes vegetarianos o de agricultura bioecológica. Creo que, en el fondo, soy poco Barcelona93, pero le leeré igual...

Anónimo dijo...

Pues esa sensación es lo mismo q siento yo cuando voy por el Borne. Estoy harta de los moderbohemdiseñqguayqsoy.
Pero Barcelona también nos depara algunas sorpresas agradables: hace dos semanas estuve paseando por la Barceloneta y está exactamente igual que cuando yo iba de pequeña (uff cuánto tiempo hace ya...) a los Baños Orientales, a esos q sólo podían entrar las mujeres y mi madre nos hacía quitar la arena de los pies dentro de unos barreños de madera que había para tal efecto. Los baños ya no existen, pero el olor a viejo, meados, bodegita, salitre, las sillas de enea en los portales de las casas viejas y los vecinos sentados viendo pasar a la gente, las sábanas colgando de balcón a balcon...por suerte todavía están en algunas calles. Un barrio donde ves pasar a las chicas con sus capazos y sus toallas de playa rumbo a la Barceloneta, haciendo al caminar el ruido característico de las chancletas de goma (esas q ahora la modernez llama hawaianas y son las chanclas azul marino o rojas de nuestra infancia que siempre nos hacían llaga entre los dedos) Me gusta esa imagen: contemplar desde el Paseo de Joan de Borbó el puerto y ver pasar a las chicas hacia la playa, justo detrás.
Próxima parada: Horta